La reciente derrota del equipo Antigua, sumada a su tercer tropiezo en lo que va del torneo, plantea interrogantes incómodas sobre el desempeño del cuerpo técnico, liderado por Dwight Pezzarossi. Con apenas 6 puntos de 15 posibles, las alarmas comienzan a sonar en torno a la continuidad del estratega en su cargo.
Es innegable que los jugadores tienen una cuota de responsabilidad en los resultados del equipo. Sin embargo, no se puede pasar por alto el papel crucial que juegan las decisiones técnicas en el desarrollo de los encuentros. La falta de cohesión táctica, la inconsistencia en la alineación y las decisiones cuestionables en momentos clave pueden haber contribuido significativamente a los resultados negativos.
El caso de Manuel Gamboa, quien vio la tarjeta roja apenas después de regresar de una suspensión, pone de manifiesto la falta de disciplina y concentración en el equipo. Este tipo de incidentes no solo afectan el rendimiento en el campo, sino que también generan desconfianza en el cuerpo técnico y la directiva.
Antigua se encuentra en una posición desfavorable en la tabla, ocupando el octavo lugar y perdiendo paulatinamente la esperanza de convertirse en protagonista del torneo. La falta de resultados positivos pone en entredicho la capacidad del equipo para competir al más alto nivel y para alcanzar los objetivos establecidos al inicio de la temporada.
Por otro lado, en el encuentro contra Guastatoya, a pesar de estar en inferioridad numérica, el equipo mostró una actitud valiente y ofensiva, mientras que Guastatoya pareció carecer de la misma determinación aprovechando una desconcentración. La pasividad defensiva, ejemplificada por la falta de atención de Braulio Linares en su área, expone las debilidades del equipo en momentos cruciales del partido.
El caso de Manuel Gamboa, quien vio la tarjeta roja apenas después de regresar de una suspensión, pone de manifiesto la falta de disciplina y concentración en el equipo.
El próximo enfrentamiento contra Achuapa representa una oportunidad crucial para Antigua de revertir la situación y comenzar la segunda vuelta de la fase de grupos con el pie derecho. Sin embargo, para lograrlo, será necesario un cambio de actitud tanto dentro como fuera del campo. El cuerpo técnico debe asumir su responsabilidad y trabajar arduamente para corregir los errores y recuperar la confianza perdida.
En conclusión, el peligro acecha al cuerpo técnico de Antigua. La falta de resultados, la indisciplina de los jugadores y las decisiones cuestionables plantean serias dudas sobre la continuidad de Dwight Pezzarossi al mando del equipo. Es hora de tomar medidas drásticas y enfocarse en encontrar soluciones para revertir la situación antes de que sea demasiado tarde.